Las niñas de mi época solían tener un diario donde escribían de todas aquellas cosas cursis y sus castillos de fantasías, como aquel beso que les dio el chico que les gustaba, la pelea con su amiga, ese amor platónico; O simplemente guardaban aquella esquela o flor de quién llamaban su novio. Mientras yo, tenía mi cuaderno de dibujo. Desde que tenía 12 años, empecé …
